Mao Rong siempre había sido un alma solitaria, encontrando consuelo en la suavidad y calidez de las cosas de lana que vendía en su tienda. Un día, durante una tormenta intensa, conoció a Yang Yushen, un artista introvertido que buscaba refugio. La personalidad distante de Yushen chocaba con la naturaleza afectuosa de Mao Rong, pero algo en él despertaba una curiosidad profunda en el joven comerciante.
A medida que pasaban más tiempo juntos, Mao Rong descubrió que Yushen guardaba un secreto oscuro: un trauma del pasado lo había llevado a evitar cualquier contacto físico. Sin embargo, para sorpresa de ambos, cuando Mao Rong acarició su piel por primera vez, Yushen no sintió repulsión, sino una extraña sensación de calma y conexión.
Entre hilos de lana y pinceles de pintura, nació una amistad inesperada que desafió las barreras impuestas por el pasado de Yushen. A medida que sus mundos se entrelazaban, ambos hombres se enfrentaron a sus miedos más profundos y encontraron consuelo en la compañía del otro. La tienda de lana del Chico se convirtió en un lugar donde los corazones heridos podían sanar, y donde dos almas perdidas podían encontrar un hogar en los brazos del otro.