En un día soleado en la base naval de KanColle, Hoppo-chan, la niña destructora, se encontraba en el patio de recreo junto con sus amigas acorazadas. De repente, un misterioso portal se abrió frente a ellas, y de su interior emergió una versión malvada de Hoppo-chan.
Las chicas no podían creer lo que veían. La malvada Hoppo-chan comenzó a causar estragos en la base naval, poniendo en peligro a todos los que estaban presentes. La verdadera Hoppo-chan se dio cuenta de que debía enfrentarse a su alter ego para proteger a sus amigos y salvar el día.
La batalla entre las dos Hoppo-chans fue épica, con rayos láser y explosiones por doquier. Sin embargo, en un giro inesperado, la malvada Hoppo-chan reveló que en realidad solo buscaba atención y amistad. Conmovida por la soledad de su otro yo, Hoppo-chan extendió la mano y la malvada Hoppo-chan aceptó su perdón.
Al final, ambas versiones de Hoppo-chan se abrazaron, superando sus diferencias y demostrando que, incluso en medio del caos, la amistad y la comprensión siempre prevalecen.