Bajo el cielo estrellado, Jiho y Soohan se encontraban en una encrucijada emocional. Los sentimientos entrelazados entre ellos eran tan densos como la niebla nocturna que rodeaba el jardín de la escuela. Jiho, con el corazón latiendo desbocado, luchaba con sus miedos internos, incapaz de articular las palabras que su alma ansiaba gritar. Sin embargo, Soohan, con sus ojos profundos y su sonrisa cálida, parecía leer la mente de Jiho en silencio.
De repente, en un arrebato de valentía, Soohan rompió el silencio con una pregunta directa: "Jiho, ¿me amas?". El corazón de Jiho se detuvo por un instante, pero en lugar de responder, las lágrimas empezaron a emerger de sus ojos, revelando las cicatrices emocionales que aún no habían sanado por completo.
El viento susurraba suavemente alrededor de ellos, como si llevara consigo los secretos más profundos de sus corazones. Jiho finalmente encontró la fuerza para hablar, confesando sus temores más profundos y sus anhelos más sinceros. Soohan, con una ternura infinita, envolvió a Jiho en un abrazo reconfortante, prometiéndole que juntos superarían cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia la felicidad.
En esa noche mágica, envueltos en el misterio del amor y la aceptación mutua, Jiho y Soohan se prometieron el uno al otro, sabiendo que la voz del amor resonaba más fuerte que cualquier otra cosa en el universo.