Título: Llevé a casa un súcubo que no pudo encontrar un trabajo..
En una noche lluviosa, Martín, un joven tímido y solitario, se encontró con un súcubo desamparado en un callejón oscuro. A diferencia de lo que todos esperarían, en lugar de sucumbir a sus encantos, Martín le ofreció un paraguas y le preguntó por qué estaba sola y triste.
El súcubo, llamada Luna, le confesó que había sido desterrada de su reino por su incapacidad para seducir a los humanos y que se sentía incapaz de encontrar un propósito en este mundo. Conmovido por su historia, Martín decidió llevarla a su hogar, no con intenciones lascivas, sino con la esperanza de ayudarla a encontrar su lugar en la Tierra.
Con el tiempo, Luna y Martín desarrollaron una extraña pero hermosa amistad. Luna, lejos de ser la criatura malvada que se pensaba que era, resultó ser cariñosa, divertida y increíblemente torpe en las tareas mundanas. Martín, a su vez, encontró en ella la compañía que tanto anhelaba y juntos descubrieron un mundo de posibilidades y aventuras que nunca habrían imaginado.
Poco a poco, Luna comenzó a encontrar pequeñas formas de ayudar a Martín en su vida diaria, desde prepararle el desayuno hasta animarlo en sus momentos de duda. A medida que su relación crecía, Martín se dio cuenta de que Luna no necesitaba encontrar un trabajo para ser valiosa; su mera presencia en su vida era suficiente para hacerlo sentir amado y apreciado.
Así, en medio de risas, lágrimas y situaciones cómicas, Martín y Luna forjaron un lazo que trascendía la lujuria y el deseo, demostrando que a veces, el verdadero amor se encuentra en las formas más inesperadas y en los corazones más puros.