Do-won estaba desconcertado por la petición de MJ. ¿Cómo podría ayudar a alguien tan complejo, con un trastorno obsesivo compulsivo que lo llevaba a provocar incendios sin control? A pesar de las advertencias, Do-won decidió aceptar el desafío de tratar a MJ, adentrándose en un mundo de secretos y peligros inimaginables. A medida que avanzaba en su terapia, descubrió la verdadera identidad de MJ y se vio envuelto en un oscuro caso que involucraba a un misterioso "padre". Con cada sesión, Do-won se adentraba más en la mente atormentada de MJ, desentrañando sus traumas más profundos y descubriendo conexiones sorprendentes. En medio de la confusión y el peligro, Do-won se dio cuenta de que la única forma de salvar a MJ era enfrentarse a sus propios demonios y desentrañar la verdad que los unía en un destino entrelazado.