Bajo el sol de la tarde, Javier caminaba solo por los pasillos del instituto, sufriendo las burlas de sus compañeros por su aspecto corpulento. Sin embargo, su corazón latía con fuerza cada vez que veía a Carlos, un chico reservado y distante con la mayoría, pero que parecía tener un brillo especial en sus ojos cada vez que se cruzaban. Javier se preguntaba una y otra vez qué sería lo que lo hacía diferente a los ojos de Carlos.
Una tarde, Javier se encontró con Carlos bajo el árbol de cerezos en el patio del colegio. Para su sorpresa, Carlos se sentó a su lado y, con voz suave, le preguntó por su día. A partir de ese momento, algo cambió entre ellos. Carlos mostraba una faceta gentil y cálida que nadie más conocía, y Javier se vio envuelto en un torbellino de emociones confusas. ¿Por qué Carlos había decidido acercarse a él de repente?
A medida que su amistad se fortalecía, Javier descubría que Carlos escondía secretos profundos y oscuros, y que su actitud distante era solo una coraza para protegerse del mundo exterior. Entre risas, confesiones y momentos compartidos, Javier se dio cuenta de que lo que sentía por Carlos iba más allá de la simple admiración. Y cuando una tragedia inesperada sacudió sus vidas, su relación se vio enfrentada a una prueba de fuego que pondría a prueba su amor y determinación de luchar juntos contra viento y marea.