En un mundo donde las puertas misteriosas desatan monstruos, yo, como Guía de clase D, llevaba una vida tranquila hasta que me asignaron la tarea de guiar a un Esper de clase S en alto riesgo por descontrol. ¡Y para mi sorpresa, ese Esper resultó ser mi amigo de la infancia, Jung Taewon! La misión era clara: mantenerlo bajo control, lo cual implicaba un contacto físico constante. Intentaba convencerme a mí misma de que era solo un procedimiento médico, pero ¿qué hacer cuando las emociones de la infancia resurgen?
Cada encuentro era una montaña rusa de emociones, entre risas, secretos compartidos y la tensión palpable en el aire. Intentaba recordarme a mí misma que éramos solo amigos, pero la línea entre la amistad y algo más se desvanecía cada vez más. Y cuando nuestras miradas se encontraban, era imposible negar la atracción que ardía entre nosotros.
Pero justo cuando creía que las cosas no podían complicarse más, un giro inesperado en nuestra misión nos llevaría a un territorio desconocido, donde los límites entre la razón y la pasión se desvanecían por completo. ¿Podríamos mantenernos fieles a nuestro deber o sucumbiríamos a lo que realmente anhelábamos en lo más profundo de nuestros corazones?