Bajo la luz de la luna, Elijah se paró frente al espejo, ajustando con cuidado el vestido lujoso que le habían proporcionado para el baile de esa noche. Su corazón latía con fuerza, mezcla de emoción y miedo. ¿Cómo podría esconder su verdadera identidad en medio de la multitud?
Mientras se preparaba, recordó todas las dificultades que enfrentó para llegar hasta ese momento. La presión de mantener su secreto a salvo, la lucha por encajar en un mundo que no aceptaba a alguien como ella. Pero hoy, frente a la posibilidad de ser descubierta, sintió una determinación renovada.
Al abrir la puerta de la sala de baile, todos los ojos se posaron en ella, admirando su belleza y elegancia. Cuando el conde Albert la tomó de la mano para bailar, un escalofrío recorrió su espina dorsal. ¿Podría él descubrir su secreto? ¿Y si lo hacía, qué consecuencias traería?
Mientras giraban por la pista de baile, Elijah supo que ese era el momento de tomar una decisión. ¿Debería revelar su verdadera identidad y arriesgarlo todo, o continuar con la farsa para siempre? El destino había lanzado su desafío, y ahora dependía de ella cómo escribir el siguiente capítulo de su historia.