Cuando Ayako se dio cuenta de que ahora existían dos versiones de ella misma, quedó paralizada por la confusión y el miedo. Una era la Ayako original, la que había vivido su vida en completa ignorancia sobre el experimento que la dividiría en dos. La otra era una copia exacta, pero con recuerdos añadidos, recuerdos de una hermana que creía haber perdido para siempre.
A medida que las dos versiones de Ayako intentaban comprender su situación, los sentimientos se entrelazaban en un torbellino de emociones contradictorias. La Ayako original sentía la pérdida de su hermana con una intensidad abrumadora, mientras que la Ayako "nueva" luchaba por reconciliar esos recuerdos ajenos con su identidad propia.
Poco a poco, las fronteras entre las dos Ayakos se desdibujaban, y lo que parecía una simple separación comenzaba a revelar una verdad más profunda y perturbadora. ¿Quién era realmente Ayako? ¿Podría fusionar sus dos mitades en una sola persona, o estaban condenadas a existir separadas para siempre?