Cuando Mimori entró en la misteriosa tienda de antigüedades dirigida por Tsukimiya, sintió una extraña sensación de familiaridad. A medida que exploraba los objetos polvorientos y los rayos de luz se filtraban a través de las cortinas desgastadas, su corazón latía con fuerza. De repente, un suave aroma a incienso llenó sus sentidos, y su cuerpo reaccionó de una manera que no podía explicar.
Tsukimiya observaba en silencio, con una sonrisa enigmática en los labios, mientras Mimori se veía envuelto en una danza de recuerdos olvidados. El joven tendero parecía conocer secretos que ni siquiera Mimori podía imaginar, y cada mirada, cada gesto, lo llevaba más profundamente por el misterioso laberinto de su propia historia.
¿Qué conexión tenía él con el incienso en la tienda de Tsukimiya? ¿Qué oscuros secretos guardaba su familia? A medida que la verdad comenzaba a emerger lentamente, Mimori se dio cuenta de que su vida estaba a punto de dar un giro inesperado, donde el pasado y el presente se entrelazaban en una telaraña de misterio y pasión prohibida. La historia apenas comenzaba, y el destino de ambos estaba sellado por el hilo dorado de la promesa y el peligro.