El sonido de la alarma de incendios resonó por todo el edificio escolar, haciendo que los estudiantes entraran en pánico. Sasaki, sintiendo la ansiedad apoderarse de ella, corrió hacia la azotea en busca de aire fresco. Sin embargo, justo en ese momento crucial, se sorprendió al descubrir a un chico desconocido mirándola fumar en silencio.
Era un bombero encargado de un simulacro de incendio en la escuela. Con la vergüenza pintada en sus mejillas, Sasaki se sintió atrapada, pero lo inesperado sucedió: una chispa entre ellos encendió una conexión instantánea.
Sin embargo, antes de que pudieran intercambiar palabras, el humo comenzó a llenar la azotea, atrapándolos en medio de un incendio real. Ahora, en medio del caos y el peligro, Sasaki se encontró dependiendo del chico que inicialmente la sorprendió.
Mientras luchaban por sobrevivir, sus corazones latían al unísono, revelando una historia de amor poco convencional que estaba a punto de comenzar. Entre las llamas ardientes y la incertidumbre, ambos descubrirían que el fuego de la adversidad podía encender una llama aún más poderosa en sus corazones.