Bajo la luz plateada de la luna, la Princesa Yun Qingran se arrodilló frente al manantial sagrado, con el corazón lleno de dolor y determinación. Sus ojos reflejaban la angustia de quien ha llegado al límite de sus fuerzas en nombre del amor. Con manos temblorosas, extrajo la última gota de esencia vital que quedaba en su ser y la vertió en las aguas cristalinas, susurrando una antigua invocación perdida en el viento nocturno.
El manantial brilló con una luz sobrenatural, la tierra tembló y una figura encapuchada emergió de las profundidades, con una voz que resonó en la mente de la princesa: "¿Hasta dónde llegarías por amor, Yun Qingran? Has desafiado las leyes de la vida y la muerte, has sacrificado todo por un amor perdido en el velo del olvido. ¿Estás lista para enfrentar las consecuencias de tus actos?".
Con el corazón en un puño, la princesa asintió con decisión, enfrentando su destino con valentía. Sabía que el precio a pagar sería alto, que el camino de regreso sería tortuoso y plagado de sombras, pero no retrocedería. Entre el origen y la extinción, en medio de la magia ancestral y los susurros del pasado, Yun Qingran se preparó para escribir un nuevo capítulo en su historia, uno donde el amor verdadero conquistaría incluso a la muerte misma.