En la ciudad de Seúl, dos jóvenes estudiantes universitarios, Joaquín y Martín, parecían destinados a no llevarse bien. Joaquín, de personalidad extrovertida y rebelde, siempre buscaba meterse en líos, mientras que Martín, reservado y estudioso, prefería evitar cualquier tipo de confrontación. Sin embargo, el destino quiso que ambos se cruzaran en un inesperado proyecto escolar.
Una noche, trabajando juntos en un proyecto de arte, Joaquín le preguntó a Martín con tono desafiante: "¿Puedo dibujarte?" A lo que Martín, sorprendido por la propuesta, respondió con cautela: "Bueno, supongo..." Con cada trazo, Joaquín parecía desafiar las barreras entre ellos, hurgando en la profundidad de los ojos de Martín en busca de algo más.
A medida que la noche avanzaba, la tensión entre los dos jóvenes iba en aumento. Joaquín, con su increíble talento artístico, capturaba la esencia de Martín en el lienzo de una forma que nadie más había logrado hacerlo antes. Y en ese momento, en medio de la intimidad de la creatividad, Joaquín preguntó de repente: "¿Puedo besarte?" Martín, con el corazón latiéndole desbocado, apenas logró articular un débil "bueno".
Después de ese momento, sus vidas nunca volverían a ser las mismas. Los opuestos se atraían, y en medio de la tensión romántica y el conflicto interno, ambos se encontraron luchando contra sus propios prejuicios y miedos. ¿Podrán Joaquín y Martín superar las barreras que ellos mismos han levantado? ¿O sucumbirán a la intensa atracción que amenaza con consumirlos por completo? La respuesta, en un mundo donde no hay perros malos, solo el amor podría ser la clave.