Con el corazón latiendo con fuerza, Carlos se encontraba parado en medio de un bosque misterioso, rodeado de extrañas criaturas y paisajes nunca antes vistos. Había sido invocado a este mundo desconocido junto con otros cinco jóvenes. La sorpresa y el miedo se reflejaban en sus ojos, pero también una determinación férrea de enfrentar lo que sea que les esperara.
Mientras todos los demás parecían confundidos y desorientados, Carlos mantuvo la calma. Había leído suficientes historias de isekais para saber que este era su momento, su oportunidad de convertirse en el héroe de su propia aventura. Con paso firme, se adentró en lo desconocido, decidido a descubrir el propósito de su llegada a este lugar mágico.
Poco a poco, fue desarrollando una conexión única con cada uno de los jóvenes, descubriendo que cada uno tenía un don especial, una habilidad mágica única que los distinguía. Juntos, formaron un equipo diverso pero poderoso, listo para enfrentar los desafíos que les deparaba su destino.
Carlos sabía que el camino por delante estaría lleno de peligros y misterios, pero también de amistad, coraje y magia. Se prometió a sí mismo que haría todo lo posible para proteger a sus nuevos compañeros y desentrañar los secretos de aquel mundo fascinante. Su aventura acababa de comenzar, y él estaba listo para escribir su propio destino en las páginas de la historia de Obywuan.