Bajo la luz mortecina de la luna, las sombras parecían cobrar vida en las callejuelas oscuras de la ciudad. Se decía que existía un asesino implacable, un ser mitad demonio, mitad humano, conocido como OGRE GUN SMOKE, cuya sed de sangre solo era igualada por su deseo de purgar el mundo de la maldad que lo corroía.
En una noche particularmente sombría, los rumores cobraron vida cuando OGRE GUN SMOKE fijó su mirada en un gánster despiadado. Con paso sigiloso, el asesino avanzaba, preparado para hacer justicia por sus propias manos. El gánster, confiado en su poder y autoridad, no percibía la sombra acechante que se cernía sobre él.
Cuando OGRE GUN SMOKE emergió de las sombras, un destello metálico iluminó la oscuridad, y el sonido de un disparo rompió la quietud de la noche. En un instante, la figura del gánster cayó al suelo, su rostro reflejando el miedo y la sorpresa. Sin una palabra, el asesino se desvaneció en la oscuridad, dejando atrás solo el eco de su venganza justiciera.
Con sus acciones, OGRE GUN SMOKE recordaba a todos que, en las calles corruptas de la ciudad, siempre habría un guardián dispuesto a luchar contra las sombras, aunque tuviera que convertirse en una sombra él mismo.