Bajo el cielo estrellado de una noche de verano, Shinji se encontró colgando peligrosamente de una rama de árbol en el jardín trasero de la mansión de su primo Kaito. Con la oscuridad amenazante y el miedo corriendo por sus venas, Shinji gritó pidiendo ayuda, sin darse cuenta de que estaba a punto de desencadenar una serie de eventos inesperados.
Kaito, el primo mayor y autoproclamado "bueno-para-nada", escuchó los gritos desesperados y corrió al rescate de Shinji. A medida que lo ayudaba a bajar con seguridad, una chispa de complicidad surgió entre ellos, revelando una conexión más profunda de lo que ninguno de los dos había imaginado.
Entre risas nerviosas y corazones latiendo fuertemente, Shinji y Kaito se encontraron enredados en una red de emociones desconocidas. Los secretos familiares salieron a la luz, desafiando su percepción del uno al otro y de ellos mismos.
En medio de la noche silenciosa, dos almas perdidas encontraron consuelo y compañía en la calidez inesperada del otro. Con cada mirada compartida, cada sonrisa cómplice, se adentraron en un territorio desconocido, donde la amistad podía florecer en algo más profundo, algo prohibido, algo que desafiaría todas las normas que conocían.