Bajo un cielo rojo sangre, Edward se encontraba en ese lugar infernal, rodeado de criaturas horripilantes. Mientras caminaba entre las sombras, sintió la presencia de "ese hombre" que una vez sembró el terror en la superficie del mundo. Con paso firme y determinación, Edward buscó al misterioso individuo, sin saber qué le depararía ese encuentro en el infierno.
De repente, una risa siniestra rompió el silencio sepulcral. Una figura encapuchada emergió de las sombras, revelando unos ojos fríos y calculadores que parecían penetrar en lo más profundo de su alma. Era Jack el Destripador, un ser legendario conocido por su sed de sangre y su astucia inigualable.
Edward sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero en lugar de retroceder, decidió desafiar al temible Jack. Entre miradas desafiantes y palabras afiladas como dagas, ambos enemigos se enfrentaron en un duelo de voluntades. En medio de la oscuridad y la incertidumbre, surgieron verdades ocultas y secretos oscuros que cambiarían el rumbo de sus destinos entrelazados para siempre...