En un mundo donde las palabras de una novela podían convocar a un ser de otro tiempo, Noah se encontraba en medio de una encrucijada. Había sido arrastrado a este nuevo mundo sin comprender del todo el porqué. Sosteniendo en sus manos el libro "El dragón plateado", se convirtió en el guardián de las reliquias de la historia. Lo que no esperaba era encontrarse con aquel que sería su guía, su compañero de batallas y su amor.
Con el maestro de la espada a su lado, Noah se dio cuenta de la conexión que los unía, una unión más allá de lo que había imaginado. Enfrentando al destino y desafiando a sus propios miedos, se dio cuenta de que había estado ciego ante los verdaderos sentimientos que lo consumían. Había amado en silencio, temeroso de perder lo que más anhelaba.
Pero ahora, en el momento crucial, Noah estaba decidido a cambiar el rumbo de los acontecimientos. No dejaría que su amado héroe cayera en la batalla, no esta vez. Con valentía y determinación, se enfrentó al dragón que representaba sus propios temores y se comprometió a proteger a su amado, sin importar las adversidades que se interpusieran en su camino.
El amor verdadero, la confianza en uno mismo y la redención finalmente se encontraban en el horizonte de Noah, listos para desafiar al destino y forjar un nuevo camino juntos. Esta vez, el héroe y su guardián estarían unidos no solo por el deber, sino por un amor que trascendía las páginas de cualquier historia.