Ji Ho estaba parado en la puerta de su nueva casa, sintiendo cómo los latidos de su corazón resonaban en sus oídos. Apenas se había mudado, y ya había experimentado el terror de ser asaltado por un ladrón. La escena se repetía en su mente una y otra vez, el miedo y la adrenalina luchando por el control de sus emociones.
Pero lo que encontró al regresar a su hogar fue aún más impactante. El ladrón no era un extraño desalmado; era un joven aparentemente frágil, con lágrimas en los ojos mientras leía una novela que Ji Ho había escrito en la secundaria. La ironía del destino se le presentaba de una manera tan inesperada que le resultaba difícil de asimilar.
"¿Puedo quedarme y cuidar de tu casa a cambio de seguir leyendo tu historia?", preguntó el ladrón, con una mirada suplicante y vulnerable que despertó en Ji Ho una mezcla de compasión y curiosidad. ¿Qué oscuros secretos se escondían detrás de esa fachada de inocencia? ¿Podría ser que el destino hubiera entrelazado sus vidas de una manera más profunda de lo que jamás hubiera imaginado?
Con el corazón lleno de incertidumbre, Ji Ho abrió la puerta de par en par, permitiendo que el ladrón entrara en su vida y desatara una cadena de eventos que cambiarían sus destinos para siempre. La dulce y feroz vida que los aguardaba prometía desafíos, intrigas y pasiones que ninguno de los dos podría haber anticipado. Y así, entre caracoles y secretos enterrados, comenzaba un nuevo capítulo en la historia de Ji Ho y el misterioso ladrón que se había apoderado de su corazón y su hogar.