Título: Chica Pulpa
La luna brillaba en lo alto del cielo, iluminando la noche con su luz plateada. En un callejón oscuro, una figura solitaria se movía furtivamente entre las sombras. Sus pasos eran rápidos y decididos, como si estuviera huyendo de algo... o persiguiendo a alguien.
Era ella, la Chica Pulpa, una heroína atípica atrapada en un mundo grotesco y surrealista. Su rostro estaba oscurecido por la máscara de gas que siempre llevaba puesta, ocultando su verdadera identidad. Sus ojos brillaban con determinación, reflejando la violencia y el caos que la rodeaban.
En su camino, se encontró con una figura misteriosa parada frente a ella. Era su némesis, el Reflejo Negro, una entidad malévola que se alimentaba de las emociones negativas de los humanos. Sin decir una palabra, se lanzaron a una batalla épica, donde la realidad se retorcía y se desdibujaba a su alrededor.
Pero, en un giro inesperado, la Chica Pulpa descubrió la verdad detrás de su enemigo: era su propio reflejo, su lado oscuro hecho persona. En un momento de claridad, se dio cuenta de que la única manera de vencer al Reflejo Negro era aceptarlo y abrazarlo como parte de sí misma.
Con un grito desgarrador, la Chica Pulpa se fundió con su némesis en un abrazo mortal, fusionando sus almas en una danza macabra de luz y sombra. Al final, solo quedó una figura en el callejón oscuro, una mezcla de bien y mal, de luz y oscuridad, de humanidad y monstruosidad. Y así, la Chica Pulpa encontró la redención en la confrontación con su propio ser.