En un oscuro rincón de la "Ciudad perdida", Jinsoo Kwon se encontraba cara a cara con una criatura monstruosa de ojos encendidos y garras afiladas. Con su capa ondeando detrás de él, el cazador levantó su espada, preparado para el enfrentamiento final. La bestia rugió con ferocidad, desatando su furia sobre Jinsoo con una velocidad impresionante. Sin embargo, con movimientos gráciles y precisos, el cazador esquivó cada golpe, demostrando una destreza incomparable.
Mientras la batalla alcanzaba su punto álgido, Jinsoo pudo ver el miedo en los ojos de la criatura, una mirada de reconocimiento de su propia derrota inminente. En ese momento, un destello de compasión brilló en los ojos del cazador, recordando todas las vidas perdidas en la batalla contra los monstruos. Con un giro repentino, Jinsoo desarmó a la bestia y en lugar de infligir el golpe final, extendió una mano amistosa.
"La verdadera victoria no radica en destruir a tus enemigos, sino en encontrar la paz y la redención", murmuró Jinsoo con voz serena.
La criatura monstruosa bajó lentamente sus garras, asombrada por la compasión mostrada por su enemigo. En ese momento, una luz brillante se irradió desde el cuerpo de la bestia, transformándola en una criatura pacífica con lágrimas de gratitud en sus ojos. La ciudad resonó con el eco del perdón y la redención, mientras Jinsoo Kwon se convertía en una leyenda no solo por su habilidad en la batalla, sino por su corazón compasivo que cambiaba vidas.