En el bullicioso escenario de la ciudad nocturna, Xin Quan se paseaba con la confianza de un emperador, su arrogancia palpable a kilómetros de distancia. Las luces de neon reflejaban en sus ojos determinados, recordándole cada noche de humillación y sufrimiento en su vida pasada. Esta vez, tras renacer, estaba decidido a no repetir los mismos errores del pasado. Con siglos de experiencia en el mundo eterno, sabía que esta reencarnación debía ser diferente. Pero conforme se sumergía en la vida terrenal, comenzó a darse cuenta de que sus enemigos no eran sólo personas, sino sus propios demonios internos que amenazaban con consumirlo. La batalla entre su ego y su alma recién despertada estaba a punto de desatarse, y Xin Quan sabía que esta vez, el precio del fracaso sería mucho más alto.