En un tranquilo día de primavera, Haeshin y Sang-heon se encontraban en la cocina discutiendo sobre la cena. Haeshin, con su característico delantal rosa, estaba preparando su famoso plato de fideos picantes, mientras Sang-heon, con un gesto de desdén, revolvía desinteresadamente una sopa instantánea. De repente, un aroma delicioso invadió la cocina, haciendo que Sang-heon levantara la mirada sorprendido.
-¡Huele increíble! ¿Qué estás cocinando, Haeshin? -preguntó Sang-heon con curiosidad.
Haeshin sonrió misteriosamente y respondió:
-Es una sorpresa, hermanito. Pero te prometo que te encantará.
El ambiente se llenó de complicidad y emoción mientras los dos respiraban el mismo aire impregnado de anticipación. Sin embargo, lo que ninguno de los dos sabía era que esa noche, las chispas de una nueva chispa de amor iban a encenderse entre los fogones, cambiando para siempre la dinámica de su convivencia. Una historia de romance, risas y platos exquisitos estaba a punto de desatarse en aquel pequeño apartamento donde dos almas destinadas a encontrarse finalmente hallarían la felicidad juntas.