La batalla entre Rockman y el malvado Dr. Wily alcanzaba su punto álgido en la ciudad devastada. Los seis robots, una vez fieles sirvientes del bien, ahora eran armas de destrucción controladas por la mente retorcida de Wily. Rockman, con el corazón lleno de determinación, se enfrentaba a sus antiguos compañeros con lágrimas en los ojos. ¿Cómo podía luchar contra aquellos a los que consideraba amigos?
Mientras la batalla hacía temblar los cimientos de la ciudad, Rockman recordaba los momentos felices que había compartido con los robots antes de su corrupción. Sentía en su interior la culpa y la tristeza, pero también la determinación de detener la locura de Dr. Wily y restaurar la paz en el mundo.
Con cada golpe y cada explosión, Rockman se acercaba más a la verdad detrás de la traición de Dr. Wily. ¿Qué había llevado al asistente del Dr. Light a cometer semejante acto de maldad? ¿Había alguna manera de redimir a los robots de su control maligno?
La batalla final se acercaba, y Rockman sabía que el destino del mundo descansaba en sus hombros. Con un grito de determinación, se lanzó hacia el corazón de la destrucción, listo para enfrentarse a su destino y demostrar que, incluso en medio de la oscuridad, la luz de la esperanza podía brillar con fuerza.