Los ojos de Jaeshin se abrieron de par en par al descubrir el siniestro secreto que se escondía detrás de la puerta cerrada en lo más profundo del bosque. Un escalofrío recorrió su espalda mientras el oficial Han, con su particular habilidad para detectar el mal, percibía en el aire el aliento putrefacto de la tragedia.
La desaparición de su amigo los había llevado a un laberinto de oscuros encubrimientos y horrores inimaginables. Junto a la intrépida doble de acción Yuhyeon, se vieron envueltos en una pesadilla donde la realidad se desdibujaba hasta fundirse con la más retorcida de las pesadillas.
Enfrentándose al abrumador hedor del mal, cada uno de ellos se vio forzado a cuestionar sus propias convicciones y límites éticos. Mientras las sombras de la noche se cerraban a su alrededor, se dieron cuenta de que la verdadera batalla apenas comenzaba.
¿Podrían salir indemnes de la oscuridad que los rodeaba o sucumbirían al horror que los acechaba en cada esquina? Solo el tiempo —y sus propias decisiones— lo dirían.