Título: Santos jóvenes.
En un día soleado en Tokio, Jesucristo y Buda decidieron explorar la ciudad juntos. Mientras caminaban por las concurridas calles, Jesús saltaba de un lado a otro, entusiasmado por todo lo que veía a su alrededor. De repente, detuvo su paso y señaló hacia un escaparate lleno de dulces.
- ¡Buda! ¡Mira esas delicias! ¡Debemos probarlas todas! -exclamó Jesús, con los ojos brillantes de emoción.
Buda sonrió con calma y respondió:
- Jesús, recuerda que no necesitamos tantos dulces. La moderación es clave para mantenernos equilibrados.
Pero antes de que pudieran continuar su camino, un vendedor ambulante se les acercó, ofreciéndoles una muestra gratis de cada dulce en la vitrina. Sin dudarlo, Jesús y Buda aceptaron la generosa oferta y probaron todos los dulces con entusiasmo.
Sin embargo, cuando llegó el momento de pagar, Jesús se dio cuenta de que había olvidado su billetera en casa. Buda, con una sonrisa comprensiva, sacó su propia billetera y pagó por todas las golosinas, sin un solo reproche.
Este gesto desinteresado provocó que Jesús reflexionara sobre la generosidad y la amistad sincera de Buda, descubriendo un lado de su amigo que nunca antes había apreciado. Desde ese día, su relación tomó un giro inesperado, dejando atrás las trivialidades para dar paso a una conexión más profunda y significativa entre ellos.