Bajo la luz fría de la luna, los recuerdos de un pasado doloroso regresaron a la mente de Kaji Ritsuko, como sombras que se deslizan en la penumbra de la noche. Un susurro de voz lejana rompió el silencio de su habitación, y allí, en medio de la oscuridad, la figura de Aoi se materializó frente a ella, con ojos llenos de tristeza y una pregunta que cortaba como un cuchillo afilado: "¿Es esta realmente tu vida?".
Aturdida por el sueño intruso, Ritsuko fue despertada bruscamente por el timbre estridente del teléfono. La voz al otro lado de la línea le dio la noticia inesperada: Aoi se había quitado la vida. El corazón de Ritsuko se congeló en su pecho, mientras un torbellino de emociones la envolvía, mezclando el dolor del pasado con la devastación del presente.
Con cada llamada perdida, con cada página en blanco de su cuaderno de notas, Ritsuko se sumergió en un abismo de dolor y arrepentimiento. La sombra de Aoi se extendía sobre ella, recordándole la fragilidad de la vida y la oscuridad que yacía en lo más profundo de su ser. Entre los destellos de sueños olvidados y la realidad desgarradora de la muerte, Ritsuko se vio obligada a enfrentar la verdad que siempre había evitado: la pérdida que la consumía desde dentro, amenazando con arrastrarla hacia la oscuridad sin retorno.