El sonido de la lluvia golpeando contra las ventanas empañadas llenaba la habitación, creando una atmósfera de tensión palpable. Choi Yun-ho miraba fijamente a Lee Jin y Lee Joon, con una sonrisa fría en el rostro, mientras las gotas de agua resbalaban lentamente por el cristal.
- ¿Puedo preguntar cómo fueron tus días de escuela? -inquirió Yun-ho con voz suave, pero llena de malicia.
- No hubo nada particularmente problemático -respondió Lee Jin con voz firme, aunque sus ojos traicionaban el miedo que sentía en lo más profundo de su ser.
La verdad estaba enterrada bajo capas de mentiras y engaños. Los hermanos Lee habían sido víctimas de la brutalidad de Yun-ho durante años, pero ahora, era el momento de invertir los roles, de cambiar el juego.
En la penumbra de la habitación, los tres jóvenes se encontraban atrapados en una danza macabra de venganza y redención. Las líneas entre el bien y el mal se desdibujaban, y los sentimientos de culpa, ira y desesperación se entrelazaban en un torbellino de emociones incontrolables.
El tiempo se agotaba, y con cada segundo que pasaba, la locura se apoderaba un poco más de ellos. En ese momento, se dieron cuenta de que, en la oscuridad donde no podían ser felices, todos se volvían un poco locos. La venganza no traería la paz que anhelaban, solo más dolor y sufrimiento.
Pero, ¿era demasiado tarde para dar marcha atrás? ¿O aún quedaba una oportunidad para cambiar el rumbo de sus destinos entrelazados? Las respuestas estaban ocultas en lo más profundo de sus corazones atormentados, esperando ser descubiertas en medio de la tormenta que se desataba en sus almas atormentadas.