Bajo la luz intermitente del SEMI, Casandra se encontraba de pie en el centro de la plaza, observando a la multitud que la rodeaba con curiosidad y admiración. Desde que fue transportada a este nuevo mundo por el niño Dios, su vida había dado un giro inesperado y emocionante. Ahora, en el cuerpo de una mujer, Casandra descubría poco a poco las posibilidades infinitas que le ofrecía este lugar lleno de misterios y magia.
Sin embargo, a medida que exploraba su nueva identidad, un sentimiento de nostalgia la invadía. A pesar de sus ansias de diversión y aventura, en lo más profundo de su ser seguía anhelando lo que alguna vez perdió en su vida anterior. Aquel vacío, aquel dolor que la había llevado al borde de la muerte, ahora se manifestaba de una forma distinta en su nuevo yo.
Mientras caminaba por las calles de la ciudad, Casandra se preguntaba si alguna vez podría encontrar la paz que tanto anhelaba, si podría reconciliar su pasado con su presente. Y en ese conflicto interno, en esa dualidad de emociones, residía la verdadera esencia de su viaje en el SEMI World. ¿Lograría Casandra encontrar lo que buscaba, o se perdería en las profundidades de su propia alma en busca de respuestas que quizás nunca llegarían?