Bajo la brillante luz de la luna invernal, Nagisa se encontraba de pie en la cima de la montaña, observando con admiración a Soushi deslizarse por las blancas laderas con una gracia incomparable. Decidió acercarse y pedirle que le enseñara a esquiar. Sin embargo, antes de que pudiera abrir la boca, un repentino estruendo retumbó por toda la montaña. Una avalancha se desataba violentamente, amenazando con sepultarlos bajo toneladas de nieve.
El corazón de Nagisa latía con fuerza mientras Soushi la agarraba de la mano y juntos se lanzaban cuesta abajo, esquivando rocas y árboles. En medio de la frenética carrera, Soushi le confesó que en realidad era un esquiador profesional en busca de soledad y paz. Nagisa quedó estupefacta, sin poder creer la verdad detrás de aquel chico misterioso.
Con cada segundo que pasaba, el peligro aumentaba, pero Nagisa encontró en Soushi no solo un maestro en el arte del esquí, sino también un compañero valiente y leal. Juntos lucharon contra la avalancha, enfrentando sus miedos y demostrando que, a veces, el amor puede surgir en los momentos más inesperados y peligrosos.
Al final, exhaustos pero victoriosos, Nagisa y Soushi emergieron de la tormenta de nieve más fuertes y unidos que nunca, con la promesa de que su amor perduraría más allá de las laderas nevadas de aquel inolvidable invierno.