El silencio reinaba en la habitación, solo interrumpido por la suave respiración del joven en la cama. Su rostro tranquilo escondía secretos profundos y un pasado marcado por el dolor. A su lado, otro chico lo observaba en silencio, con los ojos llenos de ternura y preocupación.
Era un amor prohibido, un romance secreto que debía permanecer oculto en las sombras. Pero, a medida que la noche avanzaba, los corazones latían cada vez más fuerte, desafiando las normas impuestas por la sociedad.
De repente, un ruido alarmante resonó en la habitación, rompiendo la calma de aquel momento íntimo. El chico en la cama se removió inquieto, a punto de despertar. El otro joven contuvo el aliento, sabiendo que si el niño despertaba, todo su mundo secreto se vendría abajo.
Con manos temblorosas, se acercó con cautela y susurró con voz temblorosa: "Shh, despertarás al niño". Y en ese instante, sus destinos se entrelazaron de una manera que ninguno de los dos había anticipado.