Mei caminaba por los pasillos del instituto con la mente inmersa en sus pensamientos. Apenas podía creer lo que había sucedido el día anterior. Había conocido a un chico misterioso con el cabello del color de la puesta de sol, cuyos ojos guardaban secretos insondables. No esperaba volver a verlo, pero cuando giró en la esquina, ahí estaba él, de pie frente a su casillero.
El corazón de Mei latía con fuerza mientras se acercaba a él. Antes de que pudiera decir una palabra, el chico misterioso levantó una mano y puso un dedo en sus labios, silenciándola. "No puedo explicártelo ahora", susurró, "pero necesito que confíes en mí". Con un gesto rápido, le entregó un sobre sellado y desapareció entre la multitud antes de que Mei pudiera reaccionar.
Intrigada, Mei abrió el sobre y encontró una sola entrada de avión con destino a un lugar desconocido. Su corazón latía con emoción y miedo a partes iguales. ¿Qué secretos guardaba este misterioso chico? ¿Y qué le esperaba al otro lado del vuelo? Con una mezcla de determinación y curiosidad, Mei decidió tomar ese vuelo y descubrir lo que el destino le tenía reservado.