En el pequeño pueblo de montaña, Yousuke se encontró, por casualidad, con una vieja fotografía de su época de instituto. En ella, sonreían tan felices él y Tanigawa, su antiguo compañero. Sin pensarlo dos veces, Yousuke decidió buscar a Tanigawa, quien había sido su primer amor y con quien compartió momentos inolvidables.
Después de años sin hablarse, Yousuke llegó a la puerta de la casa de Tanigawa. El corazón le latía con fuerza, preguntándose si aún recordaría aquellos días dorados juntos. La puerta se abrió lentamente y, frente a él, estaba Tanigawa, con una expresión de sorpresa y emoción en sus ojos.
A medida que conversaban, los recuerdos de su juventud volvían a sus mentes, trayendo consigo risas, lágrimas y confesiones largamente guardadas. Tanigawa le contó a Yousuke que siempre guardó en secreto un profundo sentimiento por él, un amor que nunca se desvaneció a lo largo de los años.
Inesperadamente, se dieron cuenta de que el amor verdadero que buscaban siempre estuvo frente a sus ojos, en aquella relación que creían perdida en el tiempo. Ahora, tenían una nueva oportunidad de descubrir juntos el verdadero significado del amor y la felicidad que tanto anhelaban.