Bajo la luz mortecina de la luna, Kang Jungwoo, el detective de crímenes violentos, sigiloso como una sombra, se adentró en el edificio abandonado. Al abrir una puerta oxidada, se encontró con una escena surrealista: una habitación enorme repleta de pilas de dinero en efectivo. Sus ojos se abrieron con asombro al presenciar tal fortuna acumulada en un lugar olvidado.
Antes de que pudiera reaccionar, un ruido metálico lo sobresaltó. Rápidamente, escondido entre las sombras, vio a un grupo de hombres armados avanzar hacia él. Sin pensarlo dos veces, Kang Jungwoo tomó una decisión arriesgada: agarró un fajo de billetes y echó a correr, iniciando así una persecución implacable por los oscuros pasillos del edificio.
Los ricos y poderosos, dispuestos a proteger su secreto a toda costa, desplegaron todos sus recursos para capturar al intruso. A medida que Kang Jungwoo se adentraba en las profundidades de la conspiración, descubrió la verdadera magnitud de la red de corrupción que envolvía aquella habitación llena de dinero.
Entre giros inesperados y revelaciones sorprendentes, el detective se vio obligado a enfrentarse a sus propios demonios y luchar contra un enemigo mucho más peligroso de lo que jamás hubiera imaginado. En medio de la traición y la intriga, Kang Jungwoo debía decidir si seguir adelante en su búsqueda de la verdad o sucumbir ante las fuerzas oscuras que lo rodeaban.