Título: LA DOCTORA GLAMOROSA SE DIVORCIA DE SU ESPOSO.
Era una noche oscura en la mansión, donde las intrigas y rivalidades entre las concubinas alcanzaban su punto más álgido. Yo, la doctora moderna que había transmigrado a este mundo como concubina, me encontraba en medio de una tormenta de envidias y traiciones. Mi señor me había abandonado, dejándome a merced de las demás mujeres de la casa, quienes no perdían oportunidad para humillarme.
Pero yo no era una mujer común y corriente. Había trabajado con un bisturí en mis manos, había visto la sangre brotar y sabía cómo mantener la calma en situaciones de crisis. A diferencia de las otras concubinas, yo tenía un temple de acero forjado en la sala de operaciones.
Una noche, mientras caminaba por los jardines oscuros de la mansión, escuché susurros y risitas detrás de los setos. Me acerqué con cautela y presencié a dos de las concubinas tramando mi caída. Fue en ese momento que decidí que ya era suficiente. No permitiría que estas mujeres mezquinas pisotearan mi dignidad.
Al día siguiente, en el salón principal frente a todas las concubinas y mi señor, anuncié con voz firme: "Me divorcio de mi marido". El silencio cayó sobre la habitación, mientras todos se preguntaban qué me había llevado a tomar una decisión tan drástica.
Pero yo sabía que era la única manera de reclamar mi poder y demostrar que, a pesar de ser una concubina, nadie podía subestimarme. Con determinación en mis ojos y el corazón latiendo con fuerza, me preparé para enfrentar las consecuencias de mi valiente decisión.