Dentro del denso bosque, Norman se encontraba sentado en silencio, con la mirada perdida en el horizonte. El viento soplaba suavemente, llevando consigo sus pensamientos hacia atrás, hacia aquellos días en Grace Field House. Los días cálidos junto a Emma y los demás, cuando la esperanza aún brillaba en sus ojos. Ahora, mientras escribía aquella carta el 3 de noviembre, sabía que aquellos momentos habían quedado atrás para siempre.
Los recuerdos lo invadían, cada risa, cada lágrima, cada secreto compartido resonaba en su mente. Pero ya no podía volver atrás. Su destino estaba trazado, y debía cumplir con su misión: guiar a los demás hacia la libertad. Norman sabía que el camino estaría lleno de peligros, pero su determinación era más fuerte que nunca.
Mientras las letras se plasmaban en el papel, una sombra se alzaba en el horizonte, un giro inesperado que pondría a prueba su valentía y sus convicciones. Un enemigo inesperado, un obstáculo insalvable que desafiaría todos sus planes. Pero Norman no se arredraría, pues su deseo de libertad era más grande que cualquier adversidad.
La historia de Norman y los demás, de sus días cálidos y tristes, de sus sueños y sus pesadillas, estaba a punto de tomar un giro inesperado. Un capítulo nuevo se abriría en aquella oscura saga, donde la esperanza y el miedo se entrelazarían en una danza mortal. ¿Podrían Norman y sus amigos superar este nuevo desafío? Solo el tiempo lo diría.