Con la luna llena iluminando el oscuro bosque, Lilith se adentró en el corazón de la densa vegetación. Sus ojos brillaban con una determinación feroz mientras buscaba desesperadamente la cura para romper la maldición que la había atormentado durante siglos. Cada paso que daba resonaba en la quietud de la noche, recordándole su soledad insondable y su sed de redención.
De repente, un susurro siniestro se coló entre los árboles, envolviéndola en un escalofrío helado. Sin vacilar, Lilith se preparó para enfrentar a la criatura que acechaba en las sombras. Pero lo que emergió frente a ella no era ningún monstruo, sino un hombre de mirada penetrante y aura sobrenatural.
"¿Quién eres tú?", preguntó Lilith, su voz cargada de cautela y anhelo.
El hombre sonrió con malicia, desvelando sus afilados colmillos. "Soy tu peor pesadilla, Lilith. Y he venido a recordarte que en este mundo somos depredadores, no presas".
El destino de Lilith se entrelazó con el de este enigmático desconocido, desencadenando una serie de eventos que pondrían a prueba su coraje, su lealtad y, sobre todo, su corazón inmortal. ¿Podría encontrar en él la clave de su liberación, o caería para siempre en las sombras de su oscuro destino?