Trampa amorosa
El corazón de Llewyn latía con fuerza mientras se encontraba frente a Esteban, el príncipe que ahora conocía su secreto más oscuro. La habitación estaba cargada de tensión, y a pesar de sus intenciones iniciales, Llewyn sabía que no podía escapar de esta trampa de amor. Esteban lo miraba fijamente, con una mezcla de ira y deseo en sus ojos.
—No vas a salir de aquí hasta que cumplas con tu parte del trato —dijo Esteban, con voz firme pero llena de una extraña vulnerabilidad.
Llewyn podía sentir el peso de la maldición que los unía, un lazo mágico que los mantenía enredados en un juego peligroso. Sabía que debía encontrar una forma de romper esa maldición, pero ¿a qué costo? ¿Estaba dispuesto a sacrificar su propia libertad por la cura de su amado príncipe?
Entre susurros y miradas intensas, Llewyn se dio cuenta de que la verdad que tanto ansiaba descubrir estaba más cerca de lo que imaginaba. En medio de la noche, con la luna como única testigo, ambos hombres se enfrentaban a sus propios demonios y a la posibilidad de un amor que podría salvarlos o destruirlos para siempre.
En ese momento, Llewyn supo que la única manera de salir de esa trampa amorosa era adentrarse aún más en ella, enfrentar sus propios miedos y luchar contra los designios del destino. Solo juntos podrían encontrar la salvación que tanto anhelaban, pero ¿a qué precio?