"El tiempo se agota, querida condesa", susurró el misterioso hombre frente a ella, con una sonrisa siniestra bailando en sus labios. La condesa Rosenstein se estremeció ante su presencia, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que jugar con fuego podría llevarla a su perdición, pero aún así, no podía resistirse a la tentación de descubrir qué secretos ocultaba aquel enigmático desconocido. Sus ojos oscuros brillaban con un brillo malévolo mientras le ofrecía una rosa roja, tan intensa y vibrante como el peligro que acechaba en las sombras. ¿Qué misterios se escondían detrás de ese regalo tan ominoso? La condesa estaba a punto de verse arrastrada a un torbellino de pasión, traición y venganza que pondría a prueba sus límites y la obligaría a enfrentarse a su verdadera naturaleza. Una rosa dedicada a ti, una promesa de amor o de perdición, solo el tiempo lo dirá.