Bajo la deslumbrante luz de la sala de interrogatorios, Yoseob contemplaba a los detectives con ojos fríos y sin emociones. ¿Cómo podía explicarles que él no era el responsable de los ataques con cuchillo que habían aterrorizado a la ciudad? Las pruebas apuntaban directamente hacia él, pero en lo más profundo de su ser sabía que algo más oscuro se escondía detrás de todo esto.
Desde hace tiempo, Yoseob guardaba un secreto inconfesable: su amor obsesivo por su hermano mayor, Jaeha. Una obsesión que lo consumía, que lo llevaba a límites insospechados. ¿Sería capaz de lastimar a otras personas para proteger a su hermano? A medida que las horas pasaban en aquel cuarto estéril, Yoseob se hacía la misma pregunta una y otra vez.
Las miradas inquisitivas de los detectives lo acorralaban, desenterrando recuerdos dolorosos y verdades incómodas. En medio de la confusión y la desesperación, Yoseob sabía que la única manera de probar su inocencia era enfrentarse a sus propios demonios y desvelar la verdad que yacía oculta en lo más profundo de su ser.
Mientras tanto, en las sombras, una figura misteriosa observaba desde lejos, tejiendo una red de secretos y mentiras que amenazaba con destruirlo todo. ¿Podría Yoseob encontrar la fuerza para revelar la verdad antes de que fuera demasiado tarde? ¿O sucumbiría ante la oscuridad que lo rodeaba, condenado por un amor prohibido y una verdad incómoda? La respuesta yacía en lo más profundo de su corazón, esperando ser liberada.