Cuando Marta llegó a la mansión abandonada en las afueras de la ciudad, no imaginaba que descubriría un oscuro secreto que la atormentaría para siempre. Entre susurros y sombras, una voz misteriosa le hablaba en sueños, revelándole fragmentos de una tragedia olvidada. Poco a poco, Marta se obsesionaba con desentrañar la verdad detrás de aquel eco enigmático que la perseguía día y noche.
Intrigada, Marta comenzó a investigar la historia de la mansión y sus antiguos habitantes. Descubrió que años atrás, una joven llamada Elena había desaparecido en extrañas circunstancias, sumiendo a la familia en el dolor y el misterio. A medida que Marta se adentraba en los recovecos del pasado, la voz se hacía más intensa, más urgente, como si Elena misma intentara comunicarse desde el más allá.
Pero cuando finalmente Marta desentrañó la verdad detrás de la desaparición de Elena, se enfrentó a una revelación impactante que cambiaría su vida para siempre. La voz que la había guiado en su búsqueda no era la de Elena, sino la de un espíritu vengativo que buscaba justicia a cualquier costo. Atrapada en un torbellino de engaños y manipulaciones, Marta se dio cuenta de que la verdadera tragedia no era lo que le había ocurrido a Elena, sino lo que estaba a punto de sucederle a ella.