Al enterarse de la desaparición de su novia Noa, el corazón de Rina se llenó de angustia y determinación. No podía creer que Noa hubiera huido, dejándola atrás sin una explicación. Con lágrimas en los ojos, Rina juró encontrarla a toda costa, sin importar cuánto tiempo le tomara.
Decidió empezar por el lugar donde solían ir juntas a escape de la rutina diaria: un antiguo faro en el acantilado, donde solían contemplar el atardecer. Al llegar, una nota en el suelo captó su atención. Con manos temblorosas, desplegó el papel y leyó las palabras de Noa: "No puedo seguir pretendiendo que todo está bien, necesito encontrarme a mí misma fuera de esta ciudad".
Rina sintió un nudo en la garganta. ¿Cómo pudo Noa ocultarle sus sentimientos de esa manera? Con el corazón roto, decidió emprender un viaje en busca de Noa, sin imaginar las revelaciones sorprendentes y giros inesperados que les deparaba el destino.