Bajo el manto de la oscuridad, Michi se paró frente al espejo, observando fijamente su reflejo. Su corazón latía con fuerza, lleno de culpa y confusión. Había guardado un secreto durante demasiado tiempo, un secreto que amenazaba con destruir su amistad con Kana, su mejor amiga y confidente. Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras recordaba los momentos felices que habían compartido juntas, ahora empañados por la sombra de sus mentiras.
El peso de la verdad se volvía insoportable, pero ¿cómo podría confesarle a Kana que había sido ella la responsable de la tragedia que las separaba? Un nudo en la garganta le impedía articular palabra alguna, sumergiéndola en un abismo de desesperación. Sabía que la única forma de redimirse era enfrentar su pasado, revelar la verdad y aceptar las consecuencias de sus acciones.
Con el corazón en un puño, Michi tomó su teléfono y marcó el número de Kana. Las palabras se atascaban en su garganta, pero sabía que no podía callar más. "Kana, necesito verte", logró articular con voz temblorosa. El destino de su amistad pendía de un hilo, pero Michi estaba dispuesta a todo por la oportunidad de redimirse y recuperar la confianza de la única persona que realmente importaba en su vida.