Bajo el cielo enmarañado por la magia prohibida, Solte se encontraba frente a las ruinas de un antiguo templo, con el corazón latiendo fuertemente en su pecho. El eco de sus pasos resonaba en las piedras desgastadas, recordándole una vez más la magnitud de la tarea que tenía por delante. La suertuda Solte, como la llamaban, era la única capaz de desentrañar los secretos de aquel mundo erosionado por la infección mágica.
Mientras se adentraba en las sombras del templo, Solte podía sentir el peso de la historia sobre sus hombros. Cada estatua destrozada y cada inscripción olvidada parecían susurrarle fragmentos de un pasado perdido. Sabía que no podía fallar, que el destino de aquel mundo recaía en sus manos.
De repente, una ráfaga de viento mágico sacudió las paredes del templo, haciendo que Solte se detuviera en seco. Ante ella se abrió una puerta cubierta de runas antiguas, brillando con una luz misteriosa. Sin dudarlo, cruzó el umbral hacia lo desconocido, dispuesta a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.
En lo más profundo del templo, Solte descubriría la verdad oculta detrás de la guerra, los secretos enterrados bajo capas de olvido y la clave para restaurar la magia en un mundo que la había rechazado. Su aventura apenas comenzaba, pero estaba decidida a llegar hasta el final, sin importar los peligros que encontrara en su camino.