Bajo el brillo de la luna plateada, Xin Yun se encontraba parado en lo alto de la montaña, su mirada perdida en el horizonte infinito. Había regresado una vez más al punto de partida, al momento en que su vida dio un giro inesperado. Una mezcla de emoción y determinación ardía en su pecho, mientras recordaba las lecciones aprendidas en su viaje a través del tiempo y el espacio.
Los nueve maestros supremos se alzaban frente a él, emanando un poder abrumador que sacudía la tierra bajo sus pies. Xin Yun respiró hondo, sintiendo la energía antigua que fluía a través de sus venas, recordándole su propósito final. No podía permitirse cometer los mismos errores una vez más; esta vez, estaba decidido a superar sus limitaciones, a alcanzar nuevas alturas y a desafiar su destino preestablecido.
Con cada paso, Xin Yun avanzaba hacia su destino con determinación implacable. Sabía que el camino hacia la cima sería largo y peligroso, pero estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino. Con su determinación renovada, se prometió a sí mismo una cosa: esta vez, no habría distracciones, no habría errores del pasado que pudieran desviarlo de su camino hacia la grandeza. ¡El dragón dentro de él rugía de anticipación, listo para reclamar su lugar como el más fuerte del mundo!