En la oscuridad de la noche, Yamato se encontraba de pie en el borde de un acantilado, con su corazón lleno de tormento y rebeldía. Había llegado a su límite, cansado de ser presionado para asumir el control de la familia Yakuza. Miró fijamente las luces de la ciudad y suspiró profundamente.
De repente, una figura se acercó a él desde la sombra. Era Yoru, su leal asistente y confidente. Sus ojos reflejaban preocupación y determinación. Yamato sabía que Yoru siempre lo había apoyado, incluso cuando él mismo no podía soportarse.
"Yamato, debes regresar a casa", murmuró Yoru con voz suave pero firme.
Pero esta vez, Yamato no retrocedió. Se giró para enfrentar a Yoru, con una chispa desafiante en sus ojos.
"Si quieren que vuelva, entonces... ¡tendrás que dormir conmigo!", anunció Yamato, desafiante y desesperado.
Yoru se mantuvo en silencio por un momento, sorprendido por la inesperada propuesta de Yamato. Sin embargo, una sonrisa misteriosa se formó en sus labios.
"Está bien, acepto tu condición", respondió Yoru en voz baja, con una mirada intensa que envió escalofríos por la espalda de Yamato.
En ese momento, el aire entre ellos cambió, cargado de una tensión palpable y un deseo prohibido. ¿Podría esta noche marcar un nuevo comienzo para Yamato y Yoru, llevando su relación de asistente y jefe a algo mucho más profundo y peligroso?