En una pequeña aldea cubierta por un manto de niebla eterna, la leyenda de Yubikiri hime se cernía sobre todos sus habitantes. Kiriko, una joven misteriosa de ojos profundos, poseía el don de hacer promesas con su meñique a aquellos que se atrevían a desafiarla. Sin embargo, en lugar de amenazar con consecuencias comunes, Kiriko dejaba en claro que las promesas rotas estaban condenadas a un destino mucho más oscuro.
Una a una, las personas sucumbían a la tentación de romper sus promesas, creyendo que las palabras de Kiriko no eran más que simples supercherías. Pero pronto descubrían que estaban equivocados. Al amanecer del séptimo día, los cuerpos de aquellos que habían faltado a su palabra eran encontrados en extrañas circunstancias, con sus meñiques cortados y un siniestro pacto sellado en sangre.
Mientras el terror se propagaba por la aldea, Kiriko observaba en silencio, con una sonrisa enigmática en sus labios. Nadie sabía los verdaderos motivos detrás de sus acciones, ni las fuerzas sobrenaturales que parecían rodearla. Solo una cosa era segura: aquellos que osaban desafiar a Yubikiri hime estaban condenados a un destino peor que la muerte misma.