El sol se ponía lentamente sobre la ciudad, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados. Yuki caminaba por las calles, con el corazón lleno de dudas y temores. Habían pasado tres meses desde que empezaron a salir, pero algo no encajaba. A veces, ella sentía que no le importaba tanto como antes.
Sentada en un banco del parque, Yuki miraba al horizonte con los ojos llenos de lágrimas. "¿Será que ya no te gusto?" se preguntaba en un susurro, mientras el viento mecía su cabello. Entonces, una sombra se acercó a ella.
Era Hiro, el chico por el cual latía su corazón. Con la mirada preocupada, se sentó a su lado y tomó su mano con ternura. "Yuki, lo siento. He estado tan ocupado últimamente que no he podido demostrarte cuánto significas para mí", confesó con sinceridad.
Yuki lo miró, sorprendida por sus palabras. En ese momento, se dio cuenta de que a veces, las apariencias podían engañar. Hiro la amaba, pero simplemente había estado lidiando con sus propias batallas internas. Juntos, decidieron enfrentar los desafíos que se interponían en su relación, fortaleciendo su amor y comprensión mutua.