En una noche oscura y estrellada, Nadeshiko se encontraba en su tienda de campaña, contemplando el cielo con una mirada melancólica. De repente, Rin apareció frente a ella, con una expresión seria y determinada en su rostro. Sin decir una palabra, tomó la mano de Nadeshiko y la llevó al borde del lago cercano.
Allí, Aoi y Chiaki estaban esperando, con una fogata crepitante iluminando sus rostros. Las cuatro chicas se miraron a los ojos, sintiendo una extraña conexión entre ellas. Sin previo aviso, Aoi se acercó a Chiaki y tomó su mano, desencadenando una serie de emociones intensas entre las dos.
Nadeshiko y Rin se miraron, sorprendidas por la repentina situación, pero algo en el aire les decía que ese momento era especial. Con el corazón latiendo con fuerza, Nadeshiko extendió su mano hacia Rin, invitándola a unirse al baile de emociones que se estaba desarrollando.
Entre risas nerviosas, miradas cómplices y susurros suaves, las cuatro chicas se encontraron en un lugar donde las etiquetas y las normas ya no importaban. En ese instante, descubrieron un vínculo especial que las unía, un lazo de amor y amistad que las acompañaría en cada aventura que decidieran emprender juntas.