El día que Hamura se topó con Jin en medio de la cafetería, sintió como si el tiempo se hubiera detenido por completo. Jin seguía ahí, con su mirada serena y su sonrisa cautivadora, como si no hubieran pasado tres largos años desde su última conversación. Hamura no pudo evitar sentir un torbellino de emociones: la ira, el remordimiento y una chispa de esperanza se entremezclaban en su interior.
Mientras intentaba controlar sus pensamientos, Jin rompió el silencio con una voz suave pero firme. "Hamura, ¿cómo has estado todos estos años?". Las palabras resonaron en la mente de Hamura, reviviendo recuerdos que había intentado enterrar profundamente en su corazón. La cicatriz de aquella herida emocional parecía latir con fuerza en ese preciso instante.
A medida que la conversación avanzaba, Hamura se dio cuenta de que Jin seguía siendo el mismo chico amable y comprensivo que recordaba, a pesar del dolor que él mismo le había causado en el pasado. La complejidad de sus sentimientos se reflejaba en sus ojos, mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para enfrentar su arrepentimiento.
Entre miradas cargadas de significado y confesiones sinceras, ambos jóvenes se vieron envueltos en una red de emociones que parecían imposibles de desenredar. ¿Podría el perdón abrir paso a una nueva oportunidad para ellos? ¿O los fantasmas del pasado seguirían atormentándolos en su búsqueda de redención y amor verdadero? La respuesta estaba suspendida en el aire, esperando ser descubierta en el camino incierto que tenían por delante.